En los últimos años, la transformación cultural ha ido ganando importancia dentro de las empresas. Sobre todo, en esta época de pandemia, donde la manera de trabajar cambió drásticamente en un abrir y cerrar de ojos. Muchos empleados vieron, por ejemplo, en el teletrabajo una alternativa para seguir cumpliendo con sus labores a distancia como si estuvieran diariamente acudiendo a sus puestos de trabajo.
Ahora, en esta nueva realidad es importante que las empresas redefinan sus objetivos y su cultura de trabajo, creando un balance entre las cosas tangibles y las intangibles. No obstante, el foco debe estar puesto en estas últimas, ya que las cosas que pueden verse y tocarse son fácilmente identificables, lo cual no ocurre con las intangibles, que son en muchas ocasiones las más importantes dentro de la cultura empresarial. Se trata de los valores que quieren promoverse, las ideas y hasta las creencias de lo que es o no correcto a la hora de enfrentar el trabajo de la compañía.
Para lograr una buena cultura empresarial se debe determinar la misión y visión de la compañía y crear una estrategia que conduzca a ella. Por eso, es clave determinar cuáles son los valores que regirán el ámbito laboral y hacia dónde deben estar dirigidos.
Pero este es un proceso que no debe darse de manera espontánea, sino como resultado de un estudio de cómo está, en el momento, el cumplimiento de valores, visión y misión de todos los involucrados en una empresa. En este sentido, Recursos Humanos puede diseñar una suerte de conversatorios o talleres, donde a través de una tormenta de ideas pueda llegarse a un consenso sobre cuáles son las mejores vías no solo para lograr la transformación cultural, sino también para mantenerla en el tiempo.
De ser necesario, siempre es bueno identificar quiénes pueden estar a la cabeza de esa transformación cultural empresarial. Esas personas escogidas deben ser líderes que no solo sean considerados por su competencia laboral, o por sus habilidades para hacer el trabajo, sino también por su capacidad para cumplir los valores y hacerlos cumplir.
Cuando una empresa está naciendo es más sencillo determinar las políticas culturales de la misma, por cuanto todo es nuevo. Sin embargo, cuando ya es un negocio constituido, debe tomarse en cuenta la tradicional resistencia que producen los cambios.
Así que no es conveniente cambiar las reglas de un solo golpe. Debe acompañarse el análisis del que se habló anteriormente con programas de facilitación para que la transición a esos nuevos valores no sea traumática y se logre con éxito la transformación cultural empresarial.
por: David Somoza Mosquera