Bolivia celebro un nuevo aniversario con la ilusión de crecer económicamente y mejorar el desarrollo humano de sus habitantes, con la generación de empleos estables, educación de calidad y mejores oportunidades para niños, adolescentes y jóvenes.
Este nuevo aniversario, el número 198 desde que los padres de la patria fundaron la nación, en 1825, es una buena oportunidad para exhortar a todos los bolivianos a trabajar para engrandecer Bolivia y lograr un desarrollo sostenido.
Desde el 6 de agosto de 1825 hasta la fecha, el país evidentemente ha logrado avances en los diferentes campos, pero hay aún muchos problemas que deben ser resueltos. La educación y la salud son, por ejemplo, asignaturas pendientes, porque no todos los habitantes del Estado tienen acceso a estas prestaciones esenciales para llevar una vida digna.
Asimismo, se debe trabajar en la implementación de servicios básicos, especialmente en las comunidades alejadas, que por lo general, permanecen en el olvido.
El 6 de agosto, Día de la Patria, no debería ser solo una jornada de fiesta, sino principalmente de reflexión para analizar qué nos falta como sociedad, en qué estamos fallando, cuáles son las fallas que debemos superar y, sobre todo, saber que la tolerancia y respeto por los demás debe ser la norma y no la excepción.
Este nuevo aniversario de la Independencia, que es el penúltimo antes del Bicentenario, invita, así, más a la reflexión que a la celebración. Que esta fecha de resonancias históricas nos haga recordar que la historia se construye cada día.