Aumentos históricos, pocas veces vistos después de la Segunda Guerra Mundial. La salida de la pandemia del coronavirus y ahora el conflicto por la invasión rusa a Ucrania han devuelto tasas de incrementos de precios que logran hacer crujir los bolsillos de los europeos. La inflación se está acelerando notablemente en la zona euro.
En los últimos 12 meses los costos al consumo subieron un 7,5 según Eurostat, el Instituto europeo de estadísticas. Esta cifra es mucho más alta de lo que esperaban los economistas del Banco Central Europeo (BCE) cuando proyectaron por última vez hace menos de un mes. Por lo tanto, ejerce la máxima presión sobre la institución financiera de los socios europeos.
La disparada tiene primero una explicación en los precios de la energía, que están subiendo más rápido que antes debido a la guerra en Ucrania y las sanciones europeas contra Rusia. En la zona euro, los precios de la energía aumentaron un 44% interanual en marzo, después de registrar un aumento del 32% en febrero. Los precios de los alimentos, el tabaco y el alcohol también subieron un 5% en marzo, al igual que los de los productos industriales.
Y la inflación se está convirtiendo en un problema real en muchos países europeos. Los holandeses vieron subir los precios un 11,9% el mes pasado y los españoles un 9,8 por ciento. En los países bálticos, las tasas de inflación son de dos dígitos. Alemania registró una suba del 7,3%, la mas alta desde la reunificación en 1990. Con un 4,5% de inflación, Francia ha estado entre las menos golpeadas.
En este contexto, los gobiernos europeos han multiplicado las medidas de apoyo al poder adquisitivo ante el repunte del precio de los hidrocarburos, aunque nadie esta seguro que esto sea suficiente.
Descuentos a los combustibles
Desde este viernes, en Francia, el descuento del gobierno que va de 15 a 18 centavos por litro de combustible es efectivo en todo el país, que espera ser suficiente para aliviar a los automovilistas que enfrentan precios altísimos en la reposición de sus tanques.
Ante unos precios que han superado los 2 euros el litro de media, y entre otras medidas contra la inflación, el Jefe de Gabinete, Jean Castex, anunció a mediados de marzo esta rebaja para cuatro meses.
Algunas redes de distribución añaden sus propias promociones a la medida del Gobierno, que le dedicará tres mil millones de euros. Después del 31 de julio, fecha en la que caducará este dispositivo, tomará el relevo otro dispositivo, “que será más específico, en particular para los grandes ciclistas, los hogares modestos” , ha previsto el Gobierno.
Sistemas caídos, estaciones cerradas y largas filas, en España, para la misma medida de devolución, en este caso de 20 centavos para los coches de los españoles. Según reflejaban los medios en el país esta mañana, el primer día de aplicación de la bonificación estaba resultando ser el caos que muchos se temían.
Las estaciones de servicio se han visto desbordadas por la afluencia de miles de vehículos que han pospuesto los días anteriores la reposición para beneficiarse hoy de la ayuda, lo que está provocando que se formen largas colas tras los surtidores.
Asimismo, el Gobierno de Italia aprobó a mediados de marzo un decreto que reducirá en 25 céntimos por litro los impuestos especiales en el precio de la gasolina y el gasóleo, según anunció el primer ministro italiano, Mario Draghi. El objetivo, según declaró, es paliar la escalada del precio de la energía.
Alemania fue el último en sumarse a la larga lista de países que han aprobado planes de rescate energéticos para ayudar que los ciudadanos hagan frente a la escalada de precios de los combustibles y la electricidad.
El equipo de gobierno del canciller Olaf Scholz ha decidido aprobar la rebaja del impuesto sobre los carburantes durante tres meses, de tal forma que el precio de la gasolina se reducirá en 30 céntimos por litro. El diésel se abaratará 14 céntimos, situando a Alemania entre los países con una fiscalidad más baja en la Unión Europea.
La disputa por la generación eléctrica
“Puede haber una situación en la que no haya más gas ruso”, advirtió el jueves por la noche el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, durante una conferencia de prensa con su homólogo alemán, Robert Habeck.
“De nosotros depende preparar estos escenarios. Los estamos haciendo”, dijo. Los dos ministros reiteraron su oposición a cualquier pago por entregas en rublos, ya que esto requeriría un cambio en los contratos formulados en moneda extranjera con Gazprom, el gigante y monopolio estatal de Rusia para la exportación de gas natural.
Pero no sólo es el pago, el problema. Está la duda sobre el abastecimiento del suministro, al menos la amenaza rusa de cortarlo. Y finalmente el precio del insumo. Para muchos países, dependiendo de su matriz energética, todo esto puede tener un impacto distinto. Sin embargo, nadie sale inmune.
Con un visto bueno del gobierno europeo en Bruselas, luego de la última cumbre extraordinaria, la propuesta de España y Portugal para limitar el precio del gas para las centrales térmicas estaría tomando fuerza tras lograr lo que llaman la “excepcionalidad ibérica”. Una medida sólo para sus países.
Los gobiernos de Pedro Sánchez y Antonio Costas han elevado a la Comisión Europeauna iniciativa para limitar a 30 euros por megavatio hora (MWh) el precio máximo del gas para las centrales de generación eléctrica, frente a los 120 euros a los que cotiza hoy.
El encarecimiento del gas, insumo vital para la producción de energía en la mayoría de los países del continente, es el principal factor detrás de la escalada en el precio de la electricidad de los últimos meses, que en algunos sitios ha llevado a que la factura eléctrica se multiplique por cinco en solo 12 meses.
Sin embargo, no será facil lograr el visto bueno. En Bruselas se teme, que una medida así para españoles y portugueses sea imitada por otros países europeos. Un efecto en cascada que implique cambiar el funcionamiento del mercado energético común, algo que no comparten Alemania y Austria. Alemania, como otros países, ha pedido que se racionalice el uso. Otros países han pisado los aumentos, absorbiendo en subsidios los aumentos de costos.
Aumento del salario mínimo
Otro camino, producto de la alta inflación, es la presión para ajustes en los salarios. Por ejemplo, el salario mínimo en Francia se incrementará de manera automática en mayo entre el 2,4 y 2,6%, según las primeras estimaciones del Ministerio de Trabajo. Una subida inferior a la inflación en un país en que el poder adquisitivo resulta la principal preocupación de la población.
Actualmente a 1.603 euros brutos al mes por 35 horas de trabajo a la semana, el salario mínimo debería estar en un rango entre 1.641 y 1.645 euros el 1 de mayo.
En el primer día de trabajo de la Legislatura en Portugal, entre una serie de iniciativas, concretamente con el objetivo de aumentar los salarios en los sectores público y privado, se presentó tambien una ajuste para los trabajadores. Del conjunto de propuestas presentadas, destacamos la subida del salario mínimo nacional a 850 euros y el derecho a la negociación colectiva.
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el lunes pasado que aumentará un 15% la cuantía del Ingreso Mínimo Vital (IMV) hasta el 30 de junio. Se trata de una de las medidas sociales que incluye el plan de choque de respuesta a la guerra que movilizará 16.000 millones de euros. De este modo, en los casos de unidades de convivencia formadas por dos adultos y tres o más menores, el IMV subirá hasta los 1.243,83 euros al mes.
