¿Tiene importancia la cantidad de gente que bloqueo o que se movilizó en pasado 21F? muchos dijeron que sí, otros le restaron importancia, unos señalaron que eran unos cuantos, otros dirán que fueron miles de miles, unos dijeron que el paro no paralizó, otros dirán que sí paralizó y como siempre, podremos estar discutiendo y mostrando imágenes y haciendo comparaciones sobre si fueron pocos muchos o muchísimos, al parecer lo único cierto es la verdad que cada uno quiere aceptar, porque al parecer es mejor para todos nosotros quedar satisfechos en nuestra verdad antes que en la realidad.
Por ello la pregunta del millón parece ser ¿Y qué después del 21F?, para muchos lo que toca es prepararnos para las próximas elecciones, porque dicen que nos guste o no nos guste Evo estará en la papeleta electoral y alguien o “algunos” tienen que dar la batalla electoral, a este razonamiento la respuesta no se deja esperar, señalando que es muy prematuro para hablar de candidaturas, primero debemos elaborar el programa de gobierno y en función de este documento buscar una unidad programática, para no repetir la conformación de una “juntucha electoral”.
Otros señalan que antes de pensar en candidatos, elecciones o programas, debemos lograr que Evo cumpla con la constitución, respete los resultados del referéndum y cumpla su palabra, porque que de otra manera no hay garantías de que el gobierno respete los resultados en caso de que pierda las elecciones.
Para otros este es un momento de resistencia y de la recuperación democrática a través de la acción movilizada en las calles, porque consideran que la población está cansada de tanta corrupción, despilfarro, descaro e ignorancia y temen que Bolivia tome el camino de Venezuela en el que existe una dictadura obsesionada con el poder e indiferente ante el sufrimiento de su gente.
Lo que pasa en Venezuela es un fuerte ejemplo de lo que se debe y no se debe hacer, la dictadura de Maduro ha tomado una serie de iniciativas que afectan terriblemente la democracia en ese país y dichas acciones son celebradas con entusiasmo, solamente en Bolivia y Cuba, lo que nos advierte que las élites del MAS están pensando seriamente seguir ese camino y con el añadido de que aquí será de más fácil imposición, porque a diferencia de Venezuela no tenemos inflación o problemas de orden económico o de abastecimiento de productos como los tiene Venezuela.
Lo que al parecer, no toman en cuenta los estrategas masistas, es que la inestabilidad política que estamos viviendo cada día con mayor intensidad tarde o temprano pasará la factura a la estabilidad económica y cualquier paso en falso, por muy pequeño que sea, tendrá un impacto enorme en esa estabilidad económica que todavía gozamos en nuestro país.
Por ello lo que vaya a hacer la oposición ciudadana de hoy en adelante, tendrá una significación de repercusiones muy poderosas en el derrotero político de nuestro país, para nadie es desconocido que la oposición boliviana está totalmente dividida, fragmentada y sobre todo desorientada, las victorias sucesivas en las elecciones municipales, las cartas autonómicas, el referéndum y las judiciales llenan de optimismo y potencian los ánimos de victoria electoral y señalan el camino de unidad en las urnas, sin embargo el desconocimiento de esos triunfos electorales y en especial el desconocimiento de los resultados del 21F, nos enseñan un camino de unidad totalmente diferente al de las urnas y nos dicen que la resistencia y movilización permanente son el único camino para hacer respetar dichos resultados.
No es una disyuntiva fácil de resolver, sin embargo creo que previo a definir uno u otro camino, los movimientos ciudadanos tienen un desafío de importancia capital y se trata de organizarse políticamente, de romper ese techo de cristal que es admitir que se está trabajando políticamente y que ha llegado la hora de hacerlo orgánicamente conformando una organización política partidaria, capaz de ingresar a la arena política con todas sus potencialidades, retos y combates, con todos sus liderazgos nacionales, locales y departamentales y sobre todo con todo el arsenal ideológico, programático y principista que ilusione, motive e inspire la lucha de resistencia, movilización y conquista del poder.
¿Y ahora qué debemos hacer los movimientos ciudadanos?
