Ver en entradas folklóricas o fiestas paganas, al hoy senador de la agrupación de Carlos Mesa y otrora Alcalde renunciante de Tarija, Rodrigo Paz Pereira, enfundado en el tradicional sombrero chapaco no causa gracia alguna sino que molesta, puesto que este es parte de la vestimenta típica de Tarija y no es un disfraz.
Es entendible o queremos entender, lo hace con el afán de llamar la atención e ignora lo dicho líneas arriba, puesto que al no ser tarijeño no sabe la importancia de ponerse un sombrero chapaco.
Ahora, es importante indicar y hasta aclarar que no necesariamente se debe ser “tarijeño de pura cepa” para lucir un sombrero chapaco, pero si mínimamente se debe sentir amor por el terruño o incluso haber hecho algo en bien de la región, puesto que varias muchas veces se distingue a autoridades o diplomáticos visitantes, con un sombrero de regalo como muestra de afecto, reconocimiento y agradecimiento.
Este tampoco es el caso, pues Rodrigo Paz por Tarija no hizo nada, bueno en honor a la verdad si hizo algo, cual es dejar obras millonarias a medio construir, dilapidar el presupuesto municipal y endeudar una Alcaldía que recibió de su mentor –otrora su jefe- Oscar Montes Barzón, con una economía totalmente saneada. Y es que no es secreto para nadie, que el paso de Paz Pereira, por la Alcaldía de la provincia Cercado del Departamento de Tarija, fue simplemente calamitosa en el área de infraestructura y en la parte económica más dañina incluso que la misma pandemia del Covid-19.
Ante lo indicado, debería darse cuenta que el sombrero chapaco es parte de un traje típico que es la indumentaria que expresa la identidad cultural de Tarija.
Que Rodrigo Paz, mal piense que el sombrero chapaco es un disfraz, es una falta de respeto a todo un pueblo, que en su momento equivocadamente le dio su apoyo mal pensando continuaría la línea de trabajo municipal de su antecesor Montes Barzón.
Que aparezca haciendo política y sobre todo show, con vestimentas de caporales, morenadas, diabladas, etcétera y con el sombrero chapaco, es irrespeto ya cultural a esos bailes tradicionales de nuestra Bolivia. Pues nada de lo indicado es disfraz.
Pero que le guste el disfraz, con el propósito de distraer o llamar la atención con fines promocionales es su problema personal, pero también debe de ser cauto allí, pues existe a nivel nacional una asociación de payasos, que se puede molestar con don Rodrigo Paz Pereira por mal utilizar el noble oficio de payaso.
