por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas
Inadvertido y con atisbos de ingratitud pasará otro aniversario del Día del Docente y del Maestro, lo cual es una paradoja, pues la influencia y la transmisión a plenitud de conocimientos que cotidianamente realiza el Docente determina la futura grandeza cultural y el progreso de los pueblos, así como el enraizamiento de la moral y la sindéresis para una óptima interrelación de los ciudadanos
En nuestro país el Docente es infravalorado por el propio Estado y las instituciones privadas de educación priorizando sus intereses, el mercantilismo y el enriquecimiento societario y personal, así, es deplorablemente humillante que a un Docente se le abone Bs.40 por hora académica y, lo hacen, contratando a Docentes sin la suficiente experiencia, acción irresponsable que repercutirá como un daño deletéreo en los estudiantes.
¿Cuál estrato social asume esta determinante actividad que trasunta en la satisfacción personal del Docente? Sólo aquellos que perciben a la educación como un apostolado y visualizan su efecto presente y futuro, así, la influencia del Docente puede ser ilimitada y sus ideas pueden afectar a todos los habitantes y causar un profundo cambio en la civilización, además de generar dirigentes para la humanidad.
Todos los que se educan adquieren una inmensa deuda de gratitud con sus docentes que le enseñaron a entender y a saber hacer; por ello la educación puede definirse como la materia más importante a la que todos, en cuando a población, pueden dedicarse. Un Estado diligente debe capacitar a sus maestros y docentes ininterrumpidamente por la inexorable dinámica de la evolución de las ciencias y oficios.
Por su parte los Docentes deben asegurar su futuro como un excelso articular de conocimientos, no solo familiarizándose con los campos de la educación especializada como la psicología infantil y del adolescente, la metodología, la historia y la filosofía de la educación, sino también labrar con sacrificio una cultura general suficiente para ingresar en su intelecto mayores y más exigentes conocimientos, interpretarlos y transmitirlos a los estudiantes en forma inteligible.
Un acto beneficioso de humildad es la capacitación del Docente a través de los estudiantes que es una prueba excelente de las teorías de la educación. Docente que interactúa con intensidad en cada clase con sus estudiantes recoge el fruto de la sabiduría y no se la queda, sino la transfiere con generosidad a sus estudiantes.
Aquí en Bolivia, el Ministro de Educación que se dedique a mejorar ostensiblemente la educación y el nivel de exigencia en las escuelas, colegios y universidades, como un objetivo irrenunciable y un apostolado, registrará historicidad a su nombre.
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Abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, Filosofia y Ciencia Política, Alta Gerencia para abogados, Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación, profesor universitario en pre y posgrado, doctor honoris causa en humanidades