por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas
Será una búsqueda fructuosa examinar los innumerables libros de historia, sociología, derecho, filosofía y moral, e infructuosa si se desea referencias al hecho que todos los seres humanos comienzan siendo niños y que todos los pueblos se inician en las guarderías.
Es un rasgo humano aspirar a una infancia prolongada y feliz que, tristemente, se ve contrariada por la obligación de interrumpir la inocencia y la despreocupación debido al necesario esclarecimiento de los actuales y terribles flagelos de las drogas, el alcoholismo, tabaquismo y la depravación sexual que origina el sida y, ahora, la pedofilia de sacerdotes que perdieron la fe y alegan a su execrable pecado sin perdón que son humanos y tienen necesidades, entonces, no han comprendido mi meditado la drasticidad y el cumplimiento del voto de castidad, además de no haber existido coacción para ingresar al sacerdocio. Es una decisión intuito persona.
Ostensiblemente no poseían vocación; estos peligros se analizan ampliamente en mi libro “Adiós a las drogas y a la adicción “.
Ante esa ensombrecida realidad es civilizado que la infancia sea cada vez más prolongada ¿Por qué la infancia debería durar más?, porque esa duración de la infancia hace del hombre un virtuoso mental en su oficio o profesión en el área elegida, aunque deja en él un residuo casi permanente de inmadurez emocional.
Es innegable que las nacionales compuestas por grupos étnicos de formas muy intuitivas e inteligentes utilizan la educación infantil para alcanzar una acabada identidad humana , sin embargo, en la actualidad la única versión de la integridad, está y permanece, acosada por peligros irracionales como las drogas, el alcohol, el tabaquismo y las enfermedades sexuales que mencionábamos, y que interrumpen abruptamente a la infancia como la más maravillosa etapa de la vida.
Recurriendo a la fiel y veraz historia, los más implacables explotadores de la lucha de cualquier nación por una identidad segura han sido Hitler y sus colaboradores. En solo una década se constituyeron en los amos políticos y militares indiscutibles, pertenecientes un pueblo grande, estudioso e industrioso.
Para impedir que estos expertos en palabras baladíes o fútiles llegaran a ser una amenaza para toda la humanidad occidental, se movilizaron los capitales o recursos de las naciones industriales del mundo.
Lo que ocurrió es de conocimiento mundial y las tropas de ocupación, después de proveer con raciones alimenticias y una solvente administración, entendían y entendieron bien que esos mismos alemanes resurgirán como buenos ciudadanos y volverán a dedicarse a la cultura y olvidarán, aunque con comprensible dificultad y para siempre, las veleidades marciales en las se vieron atrapados.
Admirable superlativamente es observar hoy a Alemania, y no estaríamos alertas olvidando pronto lo ocurrido, por lo contrario, un mundo civilizado y más humano debe reconocer que el milagro negro del nazismo fue solo una versión germana notablemente planeada, de un potencial contemporáneo universal. Tristemente la tendencia persiste por los actuales movimientos nazis en EE.UU y Europa; el fantasma de Hitler cuenta con ello.
Es útil, ausente de morbosidad, citar la descripción que realiza el propio Hitler de su infancia en su libro “Mein Kampf” o “ Mi Lucha “, que lo comenté en otra columna:
“En esta pequeña ciudad junto al rio Inn, bávara por la sangre y austriaca por la nacionalidad, iluminada por la luz del martirio alemán, vivían, hacia fines de siglo pasado, mis padres: el padre era un fiel funcionario público, la madre se dedicaba al cuidado de la casa y de sus hijos con una devoción amorosamente igual”.
La estructura de las oraciones, la cualidad tonal, nos infieren que estamos leyendo un cuento de hadas o un mito, aunque un mito antiguo o moderno no es una mentira. Las personas afectadas por el nazismo no pondrán en duda la verdad o la lógica y comprobarán que su razón queda paralizada.
Como colofón escribo que estudiar un mito desde la infancia y hacerlo críticamente, significa analizar sus imágenes y sus temas en relación directa con el área cultural afectada.
—
Es abogado, posgrados en Filosofía y Ciencia lítica, Alta Gerencia para abogados, Interculturalidad y Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa (IWA-Cambridge University ,USA).