Los intentos de desviar la atención de la ciudadanía en los graves problemas son frecuentes cuando un Gobierno se propone manipular a la sociedad, especialmente cuando se trata de restar importancia a las dificultades, evitar responsabilidades y ocultar los resultados de políticas equivocadas. No es extraño, entonces, que se apele a escándalos que causan malestar social, aunque la protesta generalmente dure poco tiempo.
Ejemplos hay muchos. Como los incidentes menores que captan la atención del tira y afloja en que se centra el Magisterio Urbano y el Ministerio de Educación, este ultimo que trata de hacerse el conciliador, pero en la realidad pretensiones de solución al problema/demandas es lo que menos da.
La pelea interna del MAS entre los ahora llamados ‘arcistas’ y ‘evistas’ que cada día muestra novedades, pero que al final entre Luis Arce y Evo Morales las imágenes del reciente aniversario masista mostraban otra cosa y no es secreto para nadie que en política todo se da o se puede dar.
Podríamos seguir sumando ejemplos con los casos de los juicios del llamado golpe de Estado contra Jeanine Añez, de los juicios contra los cívicos cruceños por el paro de 36 días, de las repercusiones de la reciente visita de la CIDH que estará en agenda toda esta semana y que para unos las recomendaciones son geniales y para otros lapidarias, según el interés político con que se las quiera descifrar.
Como fuere, lo que si podemos asegurar es que el empeño esta en distraer del real problema que aqueja al pueblo boliviano y este es la falta de dólares, que el Gobierno se empeña en hacerse de la vista gorda, de perseguir librecambistas o de indicar que el Banco Central de Bolivia (BCB) y el Banco Unión tienen a la venta la moneda extranjera; la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) en guardar un silencio cómplice o quizá temeroso, cuando lo real es que dólares no hay en Bolivia y esto cualquier ciudadano lo puede comprobar con solo ir a cualquier banco a tratar de realizar transacciones con esa ahora desaparecida moneda.
Mientras tanto la oposición y los ‘evistas’ optaron por trabar la Ley del Oro, que según economistas podría ser la tabla de salvación para que el país no entre en una crisis económica de especulación y suba de precios –si es que no la estamos ya- cuando lo que más se debe cuidar es el bienestar económico del país y de la población, pero lógico que a la clase política lo que menos le interesa es eso, pues ellos juegan sus cartas de acuerdo a conveniencia partidaria o de sus líderes.
Y es así que a muchos bolivianos los mantienen ocupados con ‘problemas no reales’. En otras palabras: “La estrategia de distracción es un elemento clave en el control social”. “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real”. (Oca. Consulting Group).