por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas
Se celebra otro Día Mundial del Agua, que seguramente pasara inadvertido por las autoridades para anunciar las siempre necesarias implementaciones que requiere el agua en su tratamiento y sobre todo en las constantes renovaciones de las captaciones que se deben emprender para asegurar el agua a la población. Todavía está latente el desagradable recuerdo de lo sucedido en Cochabamba y en La Paz, con la guerra del agua y un racionamiento de cuando tácita guerra en el uso del agua y, esta falta de previsión y conocimiento técnico de la administración del agua causó esta irresponsabilidad administrativa y de previsión, y la previsión encierra el mandato a las autoridades de limitar al máximo el riesgo de desaprovisionamiento.
El agua es una substancia formada por la combinación de un volumen de oxígeno y dos de hidrogeno; entonces, cuando pida un whisky puede decir “un whisky con óxido de hidrógeno”, lo cual sería delatar su conocimiento de química y un alarde de soberbia.
El agua es el componente más abundante de la superficie terrestre, quizás por ello es que la negligente previsión del hombre hace que utilicemos esta imprescindible fuente de vida en forma irresponsable, es decir, derrochamos el agua. El concepto del cuidado del agua debería comenzar en el hogar y profundizarlo en su conocimiento en las escuelas.
El agua está vinculada casi a todas las actividades de la humanidad; para respaldar esta aseveración veamos algunos ejemplos que nos facilita el diccionario; vehículo fundamental para el crecimiento de la percepción en la comunicación humana y la creación de obras literarias, además el diccionario es el acompañante más fiel de la mente humana que decide acrecentar su riqueza en el lenguaje y adentrarse la filología del mismo, pero antes en la semántica.
Veamos algunos ejemplos de la influencia del agua en todas las actividades humanas: pan y agua cantidad de maravedís (moneda española efectiva o imaginaria), que daban las órdenes militares a sus caballeros por razón de alimentos; cualquiera de los licores que se contiene por infusión, disolución o emulsión de flores, plantas o frutos y se usan en medicina y perfumería; así tenemos agua de azahar, de Colonia, de heliotropo, de la reina de Hungría, de rosas.
Agua de alta o baja para denominar la distancia vertical a la quilla, agua cruda es la que por contener mucho yeso endurece las legumbres que se cuecen en ella; agua bendita, la que bendice el sacerdote y sirve para el uso de la iglesia y los fieles; agua de Colonia, loción compuesta de agua, alcohol y sustancias aromáticas, agua de Seltz, agua carbónica natural o preparada artificialmente; agua dulce, agua potable de poco o ningún sabor.
Por contraposición a la del mar o a las minerales: agua salobre es aquélla que por la cantidad de sales la hace imbebible; agua de dominio público, son las de los ríos, las que brotan con ocasión de obras públicas y las de dominio privado al salir del predio en que nacen; aguas menores son las orinas humanas; aguas jurisdiccionales son aquéllas que bañan las costas de un Estado y están sujetas a jurisdicción hasta cierto límite que determina el Derecho Internacional.
Agua tofana, agua con contenido de arsénico que compraban en el medioevo las mujeres para envenenar su maridos infieles; ¡ agua va!, expresión con la cual se avisaba a los transeúntes cuando desde alguna casa se iban a echar a la calle agua o inmundicia; coger agua en cesto significa trabajar en vano; de agua y luna, de poco valor o ninguno en importancia; agua de molino expresión utilizada para decir duras verdades, repetir cosas desagradables o reñir; estar con el agua hasta el cuello, encontrarse en una gran dificultad o peligro; hacérsele agua la boca expresión para recordar con deleite algún manjar; poner agua en cedazo, confiar imprudentemente algo reservado, como secretos a quien no sabe guardarlos.
Parecer que alguien no enturbia el agua, se dice del que aparentando sencillez o inocencia encubre el talento malicia que no se creía en él; sacar agua de las piedras es obtener provecho aun de las cosas que menos prometen; sin tomar agua bendita, para denotar que se puede hacer una cosa lícitamente.
El corolario que se puede extraer es que el agua por su vital importancia como elemento imprescindible para la vida, es correspondiente a la riqueza y belleza del lenguaje.
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Es abogado, posgrados en Arbitraje y Conciliación, Interculturalidad y Educación Superior, Filosofía y Ciencia Política (Maestría), Alta Gerencia para abogados, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa, escritor (IWA-Cambridge University, USA)