Con gafas plateadas que protegen sus ojos miel, un “lobo collar” de estilo andino en su cuello, una mochila roja sobre su espalda y un carácter sin igual, Balto, un lobo siberiano rescatado en Potosí, viaja en moto desde hace dos años junto a su compañero de aventuras, Jossue Oquendo. Atraen miradas a su paso, alimentan canes en las carreteras y descubren la belleza natural y cultural de Bolivia.
Cochabamba es su actual parada y se quedarán durante un mes antes de continuar su travesía. Conocen ocho de nueve departamentos, quedando pendiente Pando y su gran anhelo es llegar a Ushuaia, en el sur de Argentina.
Balto y Jossue “se rescataron” hace cinco años. El can se encontraba deambulando en un mercado, flaco y con una herida en la oreja; el joven, que estudiaba Ingeniería Comercial, pasaba por una crisis emocional.
“Ahora somos ‘lobos viajeros’, somos aventureros, disfrutamos el momento y el ahora. Es el único en quien confío, su lealtad es inigualable, es una conexión increíble”, relató Jossue, quien ahora tiene 27 años, terminó su carrera durante la pandemia y emprendió con Lobo Liviano para generar recursos y seguir sus sueños.
El salar de Uyuni, Rurrenabaque, los Yungas y Tupiza son algunos de los lugares que visitaron. Balto escucha las llaves de la moto y está listo para viajar. “Es como un gato atrapado en el cuerpo de un perro. Es orgulloso, no es tan amigable, ha debido sufrir algún maltrato anteriormente, pero, así como es, lo quiero”, describió a su fiel amigo de aproximadamente siete años.
Además de vender “lobo poleras” y “lobo collares”, Jossue realiza algunos trabajos relacionados a su profesión y, en ocasiones, agarra su guitarra, se instala en los semáforos y empieza a tocar. “Así buscamos la manera de seguir viajando”, contó.
Para él, “viajar es un sentimiento único que libera, destreza y desconecta”. Además, “de tan lejos llegan extranjeros y nosotros estando en Bolivia no conocemos nuestro propio país”, dijo.
Comparten sus hazañas en YouTube, Tik Tok, Instagram y Facebook. “Seguramente vamos a conocer muchos otros lugares”, acotó el joven de espíritu audaz, encantado de conocer gente y lugares junto a Balto, el tiempo que la vida lo permita.