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martes, 21 / marzo / 2023

LOS BÁRBAROS HONRABAN LA DIGNIDAD Y EL RESPETO A LAS MUJERES Y NIÑAS

por: Raúl Pino-Ichazo Terrazas

Las estadísticas sobre la violencia hacia la mujer son desgarradoras y se debe insistir sobre el tema escribiendo periódicamente, para concienciar, sobre un tema superlativamente preocupante y, más deplorable, es la insensibilidad de leer las diarias noticias sobre feminicidios, violencia y vejámenes a las mujeres y  niñas con la rutina de leer una noticia de sociedad o deportiva.

Cuando los seres humanos  son indiferentes al infortunio ajeno se trivializa la acción y se la asume como la normalidad de la vida de  relación.

Un ser humano vive realmente y asigna correspondencia a la naturaleza del espíritu cuando siente plena empatía por el otro (empatía es la participación afectiva y emotiva de una persona en la realidad ajena), y busca en la otredad la intención de hacer el bien y ser solidario.

Hasta en las sociedades bárbaras, el respeto a la mujer  no excluía  la superioridad del hombre, despiadadamente consagrada por las Capitulares, que proclamaban  que, en justicia la voz del hombre debía siempre primar  sobre  la de la mujer, que es lo que se trata de enervar en la actualidad para bien del hombre y su progreso intelectual.

Séneca  expresó que la naturaleza de la mujer era inferior, que mueve a la meditación pues se trataba del mayor exponente histórico del estoicismo; incuestionablemente un dislate del filósofo que no  borrará la historia.

Sin embargo de esas circunstancias desfavorables  a la mujer en el Derecho Germánico, la injuria a la mujer  era castigada  con fuerte pena  en todos los Códigos  Bárbaros, especialmente en el de los Visigodos, y así se desarrollaron  sentimientos  desconocidos  por los antiguos  que depurados  por el cristianismo, debían atravesar  la Edad Media  para preparar la galantería moderna.

Note los lectores que  la injuria a la mujer era drásticamente castigada por lo que se infiere que la violencia física y peor la muerte a una mujer eran inimaginables y los castigos horrendos, pues hasta los  bárbaros entendían la vital importancia de la mujer y honraban su dignidad. Actualmente no se concibe, con siglos de aculturización y evolución de las sociedades  que los crímenes contra las mujeres y niñas asuman progresión geométrica en las estadísticas, no solamente en nuestro país que fue declarado el segundo país más violento contra la mujer, sino en todo el continente y extra continente.

Era tan importante el rol de la mujer que el despreciativo calificativo de animal sin pudor que le  adosó Seneca, pasó desapercibido  y el sexo despreciado hasta entonces,  supo tomar autoridad sin traslapar su real sentido  sin exagerar pero tampoco desconocer, los consejos de las mujeres  llegaron a ser oráculos de paz y servían de estímulo o aliciente en los combates y, el mismo Tácito, eminente historiador, refiere el valor   que se daba  a la aprobación de la mujer y a sus  consejos, por ello surgió para la historia el grito del caballero “ Si mi dama  lo supiera”.

El matrimonio germánico fue aun la unión imperfecta, incipiente, que por medio de actividades  y peligros verdaderamente en común, preparaba a la mujer ya subordinada a su marido en la legislación romana, a otra condición mucho más favorable  a los intereses de su persona y fortuna: la de compañera y asociada y, a una mujer con esas inherencias no se la mata, agrede o injuria, y esa condición era respetada e inviolable para los  bárbaros.

 Es abogado corporativo, posgrados en Arbitraje y Conciliación, Filosofia y Ciencia Política (Maestría),Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior (Maestría),Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa(IWA-Cambridge University USA), profesor universitario de pre y posgrado.

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