Los asesores de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos recomendaron actualizar el diseño de las vacunas de refuerzo contra el COVID-19 para el otoño del hemisferio norte con el objetivo de combatir las variantes del coronavirus que circulan en la actualidad. Esto implica incluir un componente específico contra Ómicron en la fórmulas de las próximas dosis de refuerzo.
Las dos subvariantes de Ómicron, BA.4 y BA.5, dominan ahora la transmisión del coronavirus en los Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EEUU.
Los 21 miembros del Comité Asesor independiente de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (VRBPAC) de la FDA votaron sobre la siguiente pregunta: “¿El comité recomienda la inclusión de un componente contra la variante Ómicron del SARS-CoV-2 para las vacunas de refuerzo COVID-19 en los Estados Unidos?”, 19 de los expertos votaron sí, y los dos restantes votaron no.
Para arribar a una decisión, el panel de expertos médicos independientes convocado por la FDA evaluó los datos disponibles, incluyendo las proyecciones sobre futuras olas de contagio y los resultados preliminares de los fabricantes de inoculantes. Este nuevo escenario anticipa cada vez más que las vacunas contra el coronavirus serán necesarias de forma estacional, como en el caso de la influenza, el virus que causa la gripe.
Las fórmulas nuevas incluyen dos versiones de vacunas: las dosis monovalentes, que se dirigen sólo a Ómicron, y las nuevas inyecciones bivalentes que apuntan tanto a la variante original identificada por primera vez en Wuhan, China, y a las subvariantes BA.4 y BA.5, las versiones más transmisibles y más recientes de Ómicron.
“Lo que estamos haciendo hoy es trabajar en un área muy desafiante, porque ninguno de nosotros tiene una bola de cristal, pero al menos podemos poner al sistema inmunitario más cerca de reaccionar a lo que circula ahora, en lugar de cepas de virus mucho más antiguas”, explicó el director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, Peter Marks.
“Cuanto mejor sea la compatibilidad de las vacunas con la cepa circulante, creemos que puede corresponder a una mejor eficacia de la vacuna y, potencialmente, a una mayor durabilidad de la protección”, agregó el funcionario de la FDA.
Michael Nelson, panelista del comité y profesor de Medicina en la Universidad de Virginia, explicó que su voto afirmativo se basó en la preocupación ante una posible merma de la eficacia de la vacuna que se traduzca en consecuencias severas para pacientes de alto riesgo. “Necesitamos movernos más temprano que tarde”, dijo.
Mientras las anteriores variantes de preocupación del coronavirus como Alpha y Delta eventualmente se disiparon, “la variante Ómicron y sus linajes posteriores han sido dominantes durante 2022, al punto de representar la gran mayoría de casos de COVID-19 en el mundo”, apuntó Jerry Weir, funcionario del FDA. Y agregó que esto hace más probable que la futura evolución del virus SARS-CoV-2 ocurra durante la presencia de Ómicron en el árbol genealógico del COVID-19.
A comienzos de mes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomendó el uso prioritario de refuerzos contra Ómicron por encima de las variantes originales, con el objetivo de alcanzar una mayor respuesta inmune en la población.
Luego de esta recomendación de los expertos, aún queda definir a quiénes se les ofrecerá un refuerzo actualizado en los Estados Unidos. Es posible que se recomiende sólo a los adultos mayores o a los que corren un mayor riesgo de contraer el virus.
Se espera que la FDA se pronuncie sobre el cambio de fórmula dentro de unos días, y luego Pfizer y Moderna tendrán que solicitar la autorización de las dosis debidamente actualizadas, lo que dará tiempo a que las autoridades sanitarias del gobierno de Joe Biden establezcan la próxima estrategia de vacunación.
