Un ataque contra la estación de tren de la ciudad de Kramatorsk, en el Dombás controlado por el Ejército ucraniano y en la que se encontraban casi 4 mil civiles que querían huir de la región, ha matado ayer al menos 50 personas y herido a 87, una matanza que Kiev atribuye a las fuerzas rusas y que Rusia niega.
El jefe de la Administración Militar Regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, señaló que entre los fallecidos hay cinco niños.
Hasta anoche 98 personas habían sido trasladadas a hospitales, de las que 16 eran niños, 46 mujeres y 36 hombres. Doce de estos ciudadanos fallecieron en el hospital y 38 en la estación, precisó.
En plena evacuación
Según indicó la Oficina de la Fiscalía General de Ucrania, en el momento del impacto de los misiles “la población estaba siendo evacuada y había casi 4 mil civiles en la estación, la mayoría mujeres y niños”.
En las fotografías y los videos publicados por las autoridades locales y la empresa estatal de transporte ferroviario de Ucrania, Ukrzaliznytsia, frente a la estación y cerca del andén se ven cuerpos sin vida entre manchas de sangre, maletas, mochilas, peluches y carritos de compra.
“Los rusos inhumanos no abandonan sus métodos. Al no tener la fuerza y el valor de enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, exterminan cínicamente a la población civil”, dijo en Facebook el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
“Esta es la forma en que Rusia vino a proteger el Dombás, su manera de entender la protección de la población rusohablante”, dijo además ante el Parlamento finlandés.
El ataque se produjo justo cuando las autoridades locales instaron a los habitantes de la región a abandonar el este del país lo antes posible, ante la ofensiva final rusa que Kiev cree se producirá en cuestión de unos pocos días en todo el Dombás.
“Por nuestros niños”
El misil cayó hacia las 10:30, una hora en la que cientos de personas acuden cada día para esperar un tren que los evacue de Krematorsk, en el este de Ucrania. Decenas de ellas murieron en el bombardeo.
“Busco a mi marido, estaba ahí, no puedo localizarlo”, dice entre lágrimas una mujer, que duda en acercarse a los cuerpos de la estación ferroviaria.
Tras el ataque, un silencio sepulcral reinaba ayer sobre la estación de ladrillos rojos y blancos. A su alrededor, hay vidrios rotos, maletas abandonadas y rastros de sangre.
También están los restos retorcidos del misil, en el que se puede leer, con letras blancas y en ruso, la inscripción “por nuestros niños”.
La frase, que suena a venganza, es usada a veces por los separatistas prorrusos para referirse a sus hijos muertos en la guerra del Dombás, que comenzó en 2014.
Kramatorsk es la principal base militar del Ejército ucraniano en la región y clave junto con la ciudad de Izium (Járkov), que ya controla, y Sloviansk, en la estrategia rusa de hacerse con todo el Dombás.
Es por este eje, que comienza en la asediada Járkov, por donde las tropas rusas quieren avanzar hacia el sur y envolver a las fuerzas ucranianas al norte de Donetsk.