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jueves, 28 / septiembre / 2023

Sueldos bajos y precios altos, los retos de los jóvenes tarijeños que buscan independizarse

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Ya sea porque vienen de las provincias a la Universidad, o simplemente quieren independizarse, es un fenómeno que se está dando en los últimos tiempos en la ciudad de Tarija, considerada una de las más caras de Bolivia, que cada vez cuesta más a los jóvenes lograr independizarse.

Es la experiencia de Andrea Rodríguez, una joven de 28 años de edad y comunicadora social de profesión que se prepara para dejar el hogar de infancia, pues por decisión propia recién ha ocupado un pequeño garzonier por el barrio Juan XXIII, que si bien admite no es lo más céntrico del mundo pero le va bastante bien en este lugar.

Expresó que al momento de tomar la decisión de independizarse, la familia ha sido la primera en rodearla de preguntas y hasta de inseguridades para que no lo haga. “¿Para qué te vas a ir si aquí tienes todo? o incluso le han llegado a preguntar ¿tienes problemas por eso quieres irte de tu casa?”, son preguntas que recuerda Andrea.

Pero bueno, con la decisión y las maletas listas, Andrea ahora ocupa un pequeño garzonier al que describe como “todo lo que necesita”, cuenta con un baño, una habitación y una pequeña cocina. Dice que es un ambiente nuevo y todo por el precio de 850 bolivianos sin servicios básicos incluidos.

Tomando en cuenta que el salario mínimo nacional es de 2.164 bolivianos, para un joven que recién toma independencia es una situación complicada. En el caso que tengas que pagar un alquiler como Andrea de 850, quedan 1.314 para dividir unos 150 entre los servicios básicos que debas pagar y comidas o pensión que se calcula alrededor de unos 450 al mes.

Esto te dejan 714 bolivianos, que deberías destinar a productos de limpieza y “algún gustito” eventual. Entonces, se podría decir que un joven que gane el salario mínimo nacional podría vivir “justo” o sea sin generar ahorros al mes.

Volviendo a la experiencia de Andrea, expresa que no todo es malo de comenzar a vivir solo pues “tienes tus cosas como quieres, maduras, aprendes a valerte por ti mismo y lo más importante de todo tienes privacidad, a menos que vivas en un cuarto donde te toque una casera de esas que te cierran la puerta y te dejan fuera o viven controlándote si te duchas o si tienes las luces encendidas hasta tarde”, acotó.

Por otro lado, un estudiante de la carrera de Redes y Telecomunicación de la Universidad Privada Domingo Savio, Ramiro Buitrago expresó que ya lleva 4 cambios de vivienda en su vida universitaria. Y que sus criterios para decidir dónde vivir dependen de la ubicación, del tamaño y del precio del cuarto.

Su presupuesto oscila entre los 500 y 700 bolivianos por cuarto, según el existen muchos tipos de caseros, algunos muy buenos y otros “bastante complicados, tramposos, y según a lo que he visto son hasta discriminadores”, recordó.

Entre las zonas por las que este estudiante ha vivido, se encuentra el barrio Villa Fátima, y generalmente todo alrededor del parque Bolívar o el Tejar. Si bien él estudia en la universidad Domingo Savio que está por la zona de Villa Busch, Buitrago señala que se pueden encontrar más opciones y mejores precios por la zona del Tejar.

“Ahora estoy conforme, vivo en un cuarto nuevo y es tranquilo, en mi alquiler está incluida la luz, agua, gas, cable y hasta wifi, lo único seria que no tengo baño privado pero bueno es de los mejores lugares en los que estado”, dijo.

Como una media, se puede decir que al independizarse un joven sea por el motivo que fuere, entienden que “las cosas no se regeneran” que llega un momento en que debes tomar tus decisiones económicas pues te conviertes en el responsable de tus finanzas y comienzan a notar que son los encargados de hacer “las compras” y de limpiar o de hacer cosas que antes daban por sentadas.

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