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jueves, 25 / abril / 2024

¿El mundo está en una meseta de los contagios por COVID-19?

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Este último miércoles, la epidemióloga jefa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María van Kerkhove, afirmó que el mundo entró en la meseta de la curva de contagios del coronavirus.

“Los casos han alcanzado la meseta en el mundo, pero esta meseta muestra un nivel de intensidad bastante alto, registrándose cada semana entre 4,4 y 4,5 millones de casos, cifras que evidentemente están por debajo de los niveles reales”, explicó Van Kerkhove en una rueda de prensa transmitida por las redes sociales y recogida por la agencia de noticias Sputnik.

Con 223 millones de infecciones y más de 4,6 millones de muertos, las afirmaciones de Van Kerkhove generaron polémica, ya que en algunas regiones ese “amesetamiento” no es visible y la preocupación por la falta de vacunación en varios países es casi nula, por lo que esa aparente meseta se puede tornar en un pico de un momento a otro.

El infectólogo Luis Cámera, uno de los asesores médicos que aconsejan al Gobierno en el marco de la pandemia indicó a Infobae que en términos generales, se está deteniendo el ascenso tan acelerado del coronavirus que vimos al comienzo de año. “Esto puede darnos una sensación de meseta pero eso no es la realidad. Todavía América del Norte va a tener un incremento en los próximos dos meses. Europa va a tener también un incremento significativo. En Asia puede ocurrir una subida mínima de casos. Y un incremento marcado, aunque de poco impacto por la cantidad de gente, tendrá lugar en África que tiene menos población que Europa o Asia”.

“Pero la epidemia no se está amesetando. Está en una cierta tranquilidad, pero la llegada del otoño al Hemisferio Norte puede hacer que la variante Delta se exprese todavía con fuerza en mucha gente no vacunada y también en vacunados con una o dos dosis. A mi juicio, la tremenda explosión de casos que hubo recientemente va a seguir ocurriendo en la segunda mitad del año en algunos continentes. Yo no veo una meseta por delante en forma concreta. Sí veo que la velocidad de ascenso de Delta o la que va a venir, va a ser francamente menor de lo que vivimos en la primera mitad del 2021”, precisó el experto.

Y agregó: “Este escenario depende de la velocidad de vacunación en el mundo. A mayor velocidad, menor posibilidad de crecimiento y explosión de casos. Por eso yo no estoy de acuerdo con una tercera dosis en pocos países, ya que esas dosis sería muy bueno distribuirlas en el resto de la gente que todavía no tiene siquiera una dosis. Aproximadamente más de las dos terceras partes del mundo a fin de este año no van a tener el plan de vacunación acorde a la presente pandemia. Yo gastaría todo el esfuerzo en ese punto. Si no, la sensación de observar que algunos países están repitiendo el postre, mientras que la gran mayoría no recibió siquiera la panera es algo que la propia Organización Mundial de la Salud lo ve como muy negativo”.

En tanto, su colega la doctora Gabriela Piovano, infectóloga del hospital Muñiz advirtió que en esa toma de cifras globales están reflejados los cierres obligados y la vacunación.

Hay países enteros y continentes que no están vacunados. Y que no se ha cerrado ni se ha puesto un corredor inteligente entre esos dos sectores. Cuando este problema entre realmente en África no va a haber ninguna meseta. Ahora, si hacen algo coherente y logran que las infecciones no sigan avanzando e inclusive empiecen a bajar. El tema es que el virus sigue conquistando nuevos cuerpos en aquellos no vacunados”, aseguró a Infobae.

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el mes pasado pidió a los países más avanzados en la vacunación anticovid que no administraran dosis de refuerzo antes de finales de septiembre, extendió ayer su petición hasta el término de este año, dada la desigualdad de distribución de dosis en el planeta. “Ha habido pocos cambios en la situación global, así que hoy pido extender la moratoria hasta al menos el final de este año, para permitir que todos los países puedan al menos vacunar al 40 % de su población”, señaló en rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Aunque admitió que algunos colectivos en riesgo podrían necesitar dosis de refuerzo contra la COVID-19, “por ahora no queremos un uso extendido de éstas entre la población completamente vacunada”, insistió el experto etíope. El máximo responsable de la OMS lamentó que siga el desigual reparto de vacunas, y aseguró que “está muriendo un número de gente que no debería” (50.000 personas a la semana como media desde hace un año) debido a que “pese a tener las soluciones para detener la transmisión y salvar vidas, no las estamos compartiendo”.

Tedros también se quejó de que los países desarrollados “han prometido donar más de mil millones de dosis, pero sólo un 15 % de esas promesas se han materializado”, y de forma paralela las farmacéuticas han dicho que darían prioridad al programa de reparto de vacunas COVAX pero no lo han hecho. “No queremos promesas, queremos vacunas”, declaró Tedros, quien dijo sentirse “en shock” después de que este martes la federación internacional de farmacéuticas dijera que ahora que los países ricos han vacunado a la mayoría de su población es cuando se puede cambiar el foco hacia un mayor reparto a los países en desarrollo.

“La OMS pidió un reparto igualitario desde el principio, no cuando los países más ricos hubieran completado sus vacunaciones”, subrayó, y prometió “no quedar callado cuando las empresas y los gobiernos que controlan la cadena de suministro global creen que nos vamos a conformar con las sobras”.

Tedros insistió en que la pandemia está actualmente en una fase a dos velocidades, en la que sólo los países de ingresos medios y altos han conseguido desvincular contagios y fallecimientos (aunque los primeros crecen, no lo hacen al mismo ritmo los segundos). En esos países, advirtió, sigue habiendo riesgo de que “la relajación prematura de las medidas de prevención ponga en peligro la población no vacunada”, mientras que en las economías de renta baja continúa habiendo altas tasas de mortalidad por COVID-19. “Hemos oído de las fabricantes y los países de altos ingresos la excusa de que las economías más pobres no pueden manejar grandes cantidades de dosis, pero casi todas ellas tienen mucha experiencia en vacunaciones a gran escala” contra otras enfermedades, concluyó el experto sanitario.

La OMS aseguró que el mundo entró en una meseta de contagios por COVID-19

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