“No abras la puerta, tienes derechos” o “si entran en casa no te resistas” son consejos que los grupos proinmigrantes están ofreciendo a indocumentados, ante el inicio inminente de las redadas anunciadas por las autoridades de EEUU.
“No sabemos exactamente cuántas personas pueden verse afectadas en Houston (Texas); han dicho que a nivel nacional será unas 2.000″, dijo el director ejecutivo de la ONG FIEL Houston, César Espinosa.
Houston es una de las nueve ciudades donde se espera que a partir del domingo den comienzo las redadas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), anunciadas por el presidente Donald Trump para deportar a indocumentados.
El resto de localidades son Nueva York, Miami, Los Ángeles y San Francisco, Chicago, Atlanta, Baltimore y Denver.
Pese a que el objetivo de esas operaciones serán indocumentados con órdenes de deportación, según las autoridades, Espinosa alertó que “cuando Inmigración ingresa en una vivienda pueden pagar justos por pecadores, porque pueden abrir la puerta quienes no tienen órdenes de aprehensión contra ellos”.
De acuerdo a los datos de Espinosa, en Houston hay unos 600.000 indocumentados, “la mayoría son individuos pero también hay muchas familias”, de una población de 1,5 millones de inmigrantes, sobre todo de origen mexicano.
“Estamos a la espera de ver si Trump se concentra solo en las personas con órdenes de deportación”, apuntó el responsable de FIEL Houston.
Entretanto, aseguró que están preparados, dando “aliento y calma…” a aquellas personas que puedan verse afectadas por la medida.
Mientras, en otra de las urbes que serán blanco de las redadas, Baltimore, la directora ejecutiva de Asylee Women’s Enterprise, Tiffany Nelms, cuyo grupo trabaja con inmigrantes que podrían ser blanco potencial de las redadas, consideró en declaraciones telefónicas a Efe que esta medida demuestra “el fracaso del sistema”.
“Aquí, en Baltimore, va a impactar sobre todo a familias con órdenes de deportación“, subrayó Nelms, que señaló que es difícil estimar el número.
“En nuestra comunidad -siguió- hay sobre todo gente de Guatemala y El Salvador, en su mayoría mujeres que huyen de la violencia doméstica en sus países”, añadió.
Esta activista llamó la atención sobre los problemas a los que se enfrentan los demandantes de asilo. “Para los inmigrantes es difícil tener representación legal en sus procesos de asilo porque no tienen recursos para pagar a un abogado“, lamentó Nelms, quien subrayó que se pueden llegar a pagar hasta 100.000 dólares por un letrado.
Nelms todavía recuerda cómo a finales de junio muchos de los inmigrantes a los que su organización ofrece asistencia pasaron el fin de semana encerrados en sus casasante el temor de que las redadas se iniciaran en aquel entonces.
Este viernes Trump confirmó que su Gobierno iba a iniciar el domingo redadas en nueve urbes para deportar a “miles” de indocumentados, después de que The New York Timeslo adelantara.
La subdirectora de Políticas de Inmigración de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), Ruthie Epstein, no descartó que las autoridades “acaben arrestando a gente que son miembros de las comunidades (de acogida en EEUU) desde hace mucho tiempo”.
“El miedo y el daño a las comunidades en EEUU generado por estas redadas masivas no se puede minusvalorar, es devastador“, denunció Epstein en declaraciones a Efe.
Ante esta situación, ACLU urge a las familias de inmigrantes e individuos “que puedan ser vulnerables a que se familiaricen con sus derechos, contacten con redes locales de respuesta rápida o sus abogados personales y que hagan planes en caso de urgencia”.
Según funcionarios consultados por The New York Times, ICE buscará primero a unos 2.000 inmigrantes que ya han recibido órdenes de deportación y que, en algunos casos, no se presentaron a las audiencias en los tribunales de inmigración.
Un estudio de diciembre del año pasado del centro de pensamiento conservador Instituto Cato señalaba, empleando datos oficiales, que en 2018 ICE deportó a 95.360 inmigrantes indocumentados que estaban en el interior del país y a 81.603 en 2017(Trump accedió a la Presidencia en enero de 2017).
Durante la Administración de Barack Obama (2009-2017) el máximo número de deportaciones se alcanzó en 2011, con 237.941.
LOS FUNCIONARIOS EVITARON COMENTAR SOBRE EL DESARROLLO DE LOS OPERATIVOS
Según confirmó un funcionario a la cadena Fox News, los operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) comenzaron la noche del sábado “en varias jurisdicciones”. Por su parte, el director en funciones de la agencia, Matthew Albence, defendió las medidas evitando dar detalles sobre su dearrollo. “No hablaré específicamente de nada de lo que está pasando desde el punto de vista de las operaciones”, indicó.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, confirmó el desarrollo de las redadas y dijo haber recibido reportes de operativos “no exitosos” de agentes en las zonas de Sunset Park y Harlem.
Además, resaltó que activistas están ayudando a los residentes con la entrega de recursos e información.
En decenas de ciudades se realizaron en las últimas horas manifestaciones contra las previstas redadas, mientras funcionarios locales y estatales pidieron moderación.
El alcance de la operación parece más modesta que los “millones” que Trump había prometido que serían detenidos y expulsados, cuando mencionó por primera vez el mes pasado las redadas, que después fueron pospuestas. Pero eso no ha aliviado la angustia de los que temen ser detenidos.
Si bien el objetivo primario serían unas 2.000 personas que ya tienen una orden final de deportación y que, en algunos casos, no se presentaron a las audiencias en los tribunales de inmigración, también hay preocupación por reportes que señalan que los agentes del ICE están preparados para detener también a otros migrantes indocumentados que puedan encontrar incidentalmente.
Eso podría incluir a migrantes que han estado en el país por años, con casa, trabajo e hijos que son ciudadanos estadounidenses.
“Esta incertidumbre, este miedo, está causando estragos”, dijo a CNN la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot. “Está traumatizando a la gente“.
Trump insistió el viernes que “la mayoría de los alcaldes” quieren las redadas. “La mayoría de los alcaldes lo quieren. ¿Saben por qué? No quieren tener crímenes en sus ciudades”, dijo repitiendo su frecuente -e incorrecta- aseveración de que los migrantes son más propensos a ser criminales que los estadounidenses.
El alcalde de Miami, Francis Suárez, dijo que en 2018, su primer año en el cargo, su ciudad experimentó su “tasa más baja de homicidios en 51 años“. “Así que no entiendo la razón para elegir Miami“, agregó. “No nos ayuda, como alcaldes, a mantener a nuestros ciudadanos, y a los que están en nuestra ciudad… tranquilos y en calma”.
Algunos funcionarios de la ciudad, así como grupos promigrantes y de derechos civiles, han tratado de instruir, a quienes podrían ser blanco de una redada, sobre sus derechos.
“Estamos pidiendo a la gente, si tiene miedo de deportación, que permanezca en casa el domingo, que se traslade en grupos“, dijo a CNN Keisha Bottoms, alcaldesa de Atlanta. “Si alguien toca tu puerta, por favor no la abras a menos que tengan una orden”
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo a la MSNBC que ve las redadas como “un acto político para convencer a mucha gente en Estados Unidos de que los inmigrantes son el problema”.
Al igual que muchos otros funcionarios, teme que la agresiva redada pueda intimidar a los migrantes haciendo que en el futuro cooperen menos con la policía local, dificultando así la seguridad pública.
“Tenemos millones de personas en fila esperando convertirse ciudadanos de este país”, dijo Trump el viernes. El mandatario sostuvo que sería injusto para ellos que otros pudieran simplemente cruzar la frontera para conseguir los privilegios de la vida estadounidense.
Pero las inminentes redadas han incrementado las preocupaciones de que un nuevo flujo afecte los centros de detención, ya sobrepoblados.
Estados Unidos batalla hace más de un año con una crisis migratoria en su frontera sur, con miles de personas ingresando cada mes, la mayoría centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza en sus países.
El número de indocumentados que llegaron el mes pasado ascendió a más de 100.000, 28% menos que en mayo, pero en un nivel que sigue siendo “crítico” según el Departamento de Seguridad Nacional.
El viernes y el sábado, decenas de manifestaciones fueron organizadas a lo largo del país por grupos que piden el cierre de los centros de detención y contra las redadas.
Varios medios estadounidenses han reportado que en los centros de detención mantienen a niños pequeños, separados de sus padres, en condiciones de hacinamiento y antihigiénicas.
Los funcionarios estadounidenses han reconocido la sobrepoblación, pero insisten en que están haciendo lo posible por dar condiciones decentes.
HOTELES BAJO PRESIÓN
Algunos reportes del sábado sugirieron que el ICE podría requerir habitaciones de hotel para acomodar a los detenidos en las redadas.
Por ello, las empresas hoteleras ahora enfrentan la presión de grupos a favor de los inmigrantes y ciudadanos para que no colaboren con los presuntos planes del gobierno.
Marriott y Choice han sido los primeros en anunciar que no cooperarán con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) en caso de que les soliciten dar alojamiento a los indocumentados que sean a arrestados. “Nuestros hoteles no están configurados para ser centros de detención”, señaló Marriott International.
Unite Here, un grupo que representa a trabajadores de hoteles y aeropuertos en Estados Unidos y Canadá, dijo que “ICE quiere usar hoteles como cárceles” e hizo un llamado a esa industria a rechazarlo.