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jueves, 18 / abril / 2024

EL LÍDER POLÍTICO NECESARIO PARA EL 2019 Y SIGUIENTES…

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¿Qué tipo de líder político se necesita en Bolivia? Se puede pensar que actualmente la política está de capa caída luego de 36 años de recuperada la democracia y de 13 bajo un solo partido y liderazgo. Hubo un pasado en que se pensaba que ser líder y hacer política, era un servicio o compromiso muy respetado y elogiado. Pero lo cierto es que política y polémica siempre han ido de la mano. Se dice además que la política es el arte de la mentira y el engaño, pero… ¿Por qué funciona la política? Es decir, por qué la gente sigue a quienes le dicen: “voten por mí que bajaré los impuestos” y luego al salir elegidos los suben y recortan gastos en salud, por ejemplo. ¿Por qué la gente sigue cayendo en las mismas trampas arteras y rastreras? Es fácil, porque la gente tiene miedo y cree lo que le dicen, aunque suena a chiste o a broma, prefieren una mentira que no tener nada. Sin embargo, unbuen líder político jamás basará su estrategia en la mentira y el engaño, más que nada porque es un suicidio político. Cualquier líder político que se precie debe evitar entrar en contradicciones y mentiras si no quiere terminar siendo un político de tercera, siendo recordado como un gran mentiroso, un fraude, un fiasco. No se equivoquen quienes desean ser un líder político, deben entender algo muy importante: aunque la mentira funcione perfectamente para conseguir votos y tenga pocas consecuencias, a corto, a medio y largo plazo es un absoluto suicidio político. El adalid político de verdad, aquél que será recordado como una gran persona y líder político, es aquél que tiene tantas habilidades verbales y de maniobra positiva que no necesita mentir. Un buen comunicador no necesita mentir, puede decir la verdad, aunque duela, hacerlo con estilo y consiguiendo un efecto más positivo que, incluso, diciendo una mentira piadosa. Decir que se tendrán que subir los impuestos, aunque sea malo, si  se hace con un buen despliegue de oratoria causará un impacto más positivo que el típico politiquero de cuarta, que solo dice al pueblo votante cosas sensacionalistas para ganar votos.

La política raramente ha sido un medio para ganar a las masas y hacer el bien, la política ha sido un nidal de corruptela y de personas atraídas por los privilegios que la política acarrea, aferrándose con celo al cargo y permaneciendo inmunes a sus actos crueles, corruptos, antidemocráticos o ilegales hacia la sociedad. Actualmente existen muchas protestas en países sudamericanos contra sus líderes políticos impuestos, ¿y que hacen sus líderes? No se marchan, arremeten contra sus pueblos, detienen, aniquilan o provocan desapariciones y harían estallar por los aires su país antes que irse. Así es la política en ciertos lados. Da igual lo que haga un líder político, no se irá, esté en democracia o dictadura. Solo un buen líder político despertará la admiración con su buen comportamiento, ejemplo, praxis y forma de tratar a los demás. Un buen líder político dimite si es necesario, si es que hay que dimitir. Un mal líder político escurre el bulto e intenta alargar su muerte política hasta el final, reviente quien reviente, con tal de no dejar el poder, que, entre otras cosas es el afrodisiaco más efectivo y poderoso. Es posible que la mayoría de personas que están en la política gustaran gobernar un país, aunque sea a costa de aumentar la pobreza y desolación. No es un cuento, es el mundo real y los pocos escrúpulos que se muestran en la política y que ni el mismo líder político disimula en tapar, es, sencillamente la repugnante imagen de la realidad: corrupto, cínico, pedófilo, desembozado criminal, patibulario, canalla y facineroso.

Candidatos a lideres políticos se convierten en un ser despreciable y son recordados como el “corrupto”, el “que no deja el sillón”; el ser recordado como un líder político que no fue el mejor del planeta, pero que por lo menos fue sincero e intentó hacer las cosas de la mejor forma posible, no son precisamente los más. Pocos pasan a la historia como un ejemplo, de los cuales la propia historia boliviana o mundial nos muestra poquísimos dechados, tan pocos y que muchos de ellos ya no están en esta tierra y que por su paso influyeron grandemente en colegiales, universitarios y a las masas. Intelectuales, políticos, ideólogos, líderes, algunos  como, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Carlos Montenegro, René Zabaleta Mercado, Sergio Almaraz, Guillermo Lora, Filemón Escobar, Franz Tamayo, Fausto Reynaga, Luís Espinal, Federico Escobar Zapata, Artemio Camargo, Arcil Menacho, Marcos Domic, Jorge Kolle Cueto, José Antonio Arce, Augusto Céspedes, José Gramont de Moragas, y, entre quienes están plenamente vigentes, como Xavier Albó, Raúl Prada, Lucio Gonzales Alanez, Fernando Untoja, Zulema Lhemm, Lupe Cajías, Eduardo Pérez, Carlos Toranzo, Carlos Hugo Molina y tantos otros que fueron y son esclarecidos pensantes, escritores, sino también lectores, no sólo de coyunturas, sino proponentes de nuevos paradigmas ideológicos o políticos. Daban y dan “línea”. Hoy, los “líderes”, leen o escriben? Muchos ni una cuartilla, ni de lo uno ni de lo otro. Se escudan en que ya no hay ideologías o existe una tercera vía o cualquier otro eufemismo asexuado ideológicamente (centro izquierda, socialdemocracia, centro derecha) para no hablar del tema, entonces, qué modelo de desarrollo plantean para su sociedad? Son maestros de obras de algún paradigma? O son más de lo mismo, transfigurados en el discurso reciclado…se salvan por entrevistas preparadas en medios, cuñas radiales o imágenes y textos elaborados “por la magia del  internet y las RR.SS.” Pocas veces son naturales, casi siempre son “editados”, venden figura, poses, discursos, clichés. Vendedores de humo.

Hay una cosa más importante que todo el poder que pueda amasar una persona o toda la riqueza del mundo que se pueda obtener, y es el respeto, aprobación, admiración y el recuerdo. Cada vez que un líder político utiliza malas prácticas mancha su recuerdo, respeto y aprobación de la gente. Estar en la mente de miles de personas que te votaron de una forma negativa no es nada bueno. Nadie puede enorgullecerse de ser odiado o ser visto como un corrupto, villano y mentiroso.  Ahora bien, el elector sabe que está eligiendo a una persona para solucionar sus problemas económicos y sociales. Y que más allá de los temas y de la política hay un ser humano implicado en la toma de decisiones trascendentes. No elige un número ni una idea abstracta. Elige una persona. Elige una psicología, una forma de ser, una modalidad individual de pensar, sentir y actuar de un determinado político. Opta, prefiere o elige, dato no menor, decide por un determinado tipo de personalidad en el político “líder” por el que votará en las urnas. Por eso es tan relevante analizar cómo se visualiza la personalidad del líder político. Ese perfil psicológico del candidato es otro cartel luminoso que la campaña electoral instalará y encenderá en el cerebro del votante, que cuanto menos leído o menos crítico, mejor.

Un modelo que señala la complejidad psicológica humana puede ser reducido a cinco factores básicos, los cuales capturan las líneas esenciales de la personalidad, y son los siguientes: i) Energía; ii) Afabilidad; iii) Tesón; iv) Estabilidad emocional; v) Apertura mental.  Ampliemos los conceptos para que sea más claro cada uno de los factores que componen el modelo. I) Energía: Es un factor vinculado a la extroversión, a la fuerza del individuo que se vuelca hacia afuera: entusiasmo, determinación, confianza en el desarrollo de la vida, dinámica, carácter emprendedor, fuerza… Su contracara sería la introversión, el individuo volcado hacia su propio interior; II) Afabilidad: Este factor hace referencia a lo amistoso y agradable que puede ser un individuo: cordialidad, simpatía, autenticidad, lealtad, generosidad, altruismo, sinceridad, apoyo a los demás… La hostilidad sería el reverso de la medalla. III) Tesón: Es un factor relacionado con las aptitudes cognitivas y de conciencia: constancia, perseverancia, eficiencia, credibilidad, minuciosidad, responsabilidad…Su reverso sería el actuar solo en base a sus deseos y su voluntad o caprichos; IV) Estabilidad emocional: Es un factor referido a la salud mental y el equilibrio: optimismo, serenidad, solidez, sensatez, confianza en sí mismo, capacidad para afrontar los efectos negativos de la ansiedad, la irritabilidad, la depresión y la frustración… Los rasgos neuróticos o psicóticos serían su lado oscuro; V) Apertura mental: Este factor alude a las modalidades de contacto con la realidad: creatividad, agudeza, ingenio, astucia, claridad, actualización, originalidad, apertura a las nuevas ideas… La contracara de este factor sería el cerrarse a lo nuevo y al cambio, ciego y obcecado, sin ánimo de cambiar. No “gobernará escuchando al pueblo”.

Si en cada individuo humano estudiamos estos cinco vectores, estamos en condiciones de trazar un retrato psicológico de la personalidad del líder político, de esos que nos lloverán este próximo 2019 y 2020. El retrato no será completo ni exhaustivo, pero comprenderá las grandes líneas de esas personalidades que vendrán a pedir voto. Los investigadores Caprara, Barbaranelli y Zimbardo desarrollaron una investigación del método BIG FIVE en los Estados Unidos y en Italia, dos países muy diferentes culturalmente, sin embargo las conclusiones son las mismas en uno y en otro lugar, lo que sugiere que son conclusiones razonablemente generalizables. Las muestras de población estudiadas abarcaron a varios miles de individuos y se realizó un seguimiento de resultados durante varios años. Los ciudadanos investigados eran votantes de Clinton y de Dole (EE.UU.) y de Berlusconi, Prodi, D’Alema y Fini (Italia). Los descubrimientos resultantes de estos trabajos son claros, relevantes y contundentes: 1) El votante utiliza los cinco factores del Big Five cuando va a describir su propia personalidad. 2) El votante utiliza los mismos cinco factores cuando describe la personalidad de las celebridades artísticas, sociales o deportivas. 3) Cuando el votante describe la personalidad del líder político utiliza solo dos factores principales: Energía y Afabilidad. 4) La percepción que el votante se forma acerca de la personalidad del político, basada en estos dos factores, presenta una gran estabilidad a lo largo de los años. 5) Hay una correlación muy alta entre las características de Energía y Afabilidad que el votante se atribuye a sí mismo y las que le atribuye a su candidato preferido, por el que votará, definitivamente.

El político, entonces, para poder ser exitoso necesita las siguientes características de personalidad: energía, entusiasmo, determinación, dinámica, carácter emprendedor, fuerza, confianza en el desarrollo de la vida, afabilidad, simpatía, carácter amistoso y agradable, cordialidad, autenticidad, lealtad, generosidad, altruismo, apoyo a los demás y sinceridad. Cuantos de los “lideres” en boga, tienen estas características en su personalidad? Estos rasgos de personalidad hacen de filtro para determinar qué información es relevante para el votante, qué aspectos van a ser atendidos y cuales no. Esto es imprescindible debido a la sobresaturación informativa que reciben los ciudadanos en las campañas electorales. Es tanta la información que fluye en todas las direcciones que la persona necesita simplificar, reducir, esquematizar y traer todo eso a un modelo más fácil de aplicar. El votante reduce la cantidad de variables que tiene que atender para evaluar la personalidad del político. Selecciona los rasgos antes citados, porque los mismos parecen ser buenos predictores del posible desempeño del candidato en caso de ser electo. Es como si el elector privilegiara, de un modo no consciente, la inteligencia emocional de los líderes políticos por encima de otras consideraciones. El votante se orienta hacia candidatos donde percibe algunos de sus propios rasgos de personalidad; se trata de una identificación inconsciente que le da mayores garantías de que su elección es la correcta.

Para la etapa que se viene 2019 y adelante, se requiere liderazgos evidentes, que den certidumbre, sean probos, “den línea” programática y ejemplo, además deberán ser capaces de ordenar, instruir y dirigir con carácter y con autoridad: don de mando le decían…pues, tendrán que organizar el desorden de la terrible des institucionalización que heredarán.

En este contexto, hay personas que, no siendo lo bastante sinceras consigo mismas para complacerse una vez por todas en una transgresión de que se dan plena cuenta, pasan su vida entera en un estado de semi engaño. Sus actos son siempre medio éticos medio inéticos,  Digámoslo  de este modo: sus pecados se mesclan con virtudes, sus crueldades son atenuadas por una mezcla de piedad. Así se salvan de tener conciencia de su culpa. Este tipo se encuentra  con frecuencia  entre los hombres y mujeres que actúan en la vida pública, les dicen políticos, dirigentes, referentes, tienen su predicamento y buscan su espacio, pero lideres, eso sí, no son. Tarea: sigamos buscándolos, seguro están por ahí….

por: Eduardo Claure

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