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jueves, 25 / abril / 2024

Marisol Reyes, la tarijeña que siguió su corazón hasta Roma

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El amor lo puede todo y la aventura de Marisol Reyes de Camposarcone en Roma lo demuestra. Hace 8 años partió de Tarija con un rumbo lejano solo con la confianza de conocer el lugar donde su amado vivió, y desde ahí quedó enamorada de esa ciudad pero más de la persona que ahora es su compañero de vida.
Al conocer la familia de su novio decidió buscar el permiso para residencia el cual consiguió con ayuda del que se convertiría su esposo poco tiempo después, con 26 años actualmente Marisol considera que Roma es una ciudad maravillosa por su gran arquitectura y la historia que la envuelven.
Aún recuerda el día que partió de Tarija, como su familia reaccionó, ya que primero se sorprendieron y se preocuparon por la decisión de partir tan lejos del valle, pero luego aceptaron la decisión de la joven pero aún así con la tristeza que siempre aparece cuando un ser querido parte del hogar.

Actualmente trabaja como copropietaria y administradora de una microempresa, gracias a los estudios de administracion empresarial y marketing y ventas que realizó con el paso del tiempo. En este negocio se encarga de la compra y venta de cuero, entre estos los productos para la cura del cuero y además de lo más llamativo del cuero la producción de carteras y accesorios que son de acabados de calidad.
«Mi trabajo no es solo administrar sino de estar a contacto con el público ya que es la parte que prefiero, realizo diseños de carteras y zapatos», explica Marisol.
Para la tarijeña el cambio cultural fue bueno ya que le gustó conocer una cultura «más moderna» a la que se está acostumbrado en Tarija, pero admite que lo que más le costó fue acomodarse a la puntualidad europea ya que la famosa ‘hora chapaca’ no existe en Roma. Con el idioma no tuvo dificultad ya que el italiano es similar al español por lo que le resultó fácil de aprender.
De Tarija extraña las plazas de la ciudad donde se juntan las personas y los amigos a conversar, en especial en la Pascua Florida cuando se adornan con hermosas rosas pascuas que enamoran a todos, además recuerda con nostalgia los campos acompañados de los caudalosos ríos.

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De las comidas, Marisol extraña el delicioso e infaltable saice, la ranga ranga pero las humintas ocupan un espacio muy especial para ella. «Son deliciosas», recuerda. La festividad de Santa Anitas la menciona al hablar de sus lugares favoritos, una de las ferias más tradicionales en la ciudad donde miles de niños se divierten haciendo masitas típicas en sus versiones más pequeñas. 

«Me encanta contar de sus tradiciones sus costumbres y sobre todo de la picardía del chapaco», dice Marisol cuando le preguntan sobre su pequeño pueblo Tarija.
Pero, Marisol no está sola ya que recientemente encontró una comunidad boliviana en Roma, recuerda con cariño que tras muchos años, por fin pudo hablar con gente de su país, pero más grande fue su sorpresa cuando encontró una familia de tarijeños con los que se hizo muy cercana, que incluso podría llamar familia.
Y gracias a esta familia de tarijeños pudo desarrollar una de sus pasiones que es la danza folclórica, actualmente Marisol muestra las danzas tarijeñas y chaqueñas en Roma, ya que para ella estar lejos de su patria y tierra donde nació le hizo valorar más las tradiciones que la hacen chapaca. El carnaval es una de las fechas predilectas para Marisol ya que puede salir a bailar por las calles de Roma y mostrar al mundo entero lo orgullosa que está de ser boliviana en especial tarijeña.

Marisol intenta retornar a Tarija una vez al año pero tiene la idea de que en un futuro pueda retornar a su tierra, ya que se fue con el pensamiento de retornar. 
«Salir de nuestro país nos hace crecer como personas y sobre todo nos hace abrir  la mente y quÉ mejor visitar una ciudad como Roma la capital del mundo», resalta.

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