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jueves, 25 / abril / 2024

El futuro de los créditos privados a la Gobernación de Tarija es incierto

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El secretario de Gestión Institucional de la Gobernación Ruben Ardaya alertó ayer que las gestiones para acceder al crédito de 700 millones de bolivianos que busca el Ejecutivo departamental para hacer frente a los proyectos y reactivar la economía de Tarija se están dificultando debido a una supuesta iliquidez de las entidades bancarias.
Ardaya explicó que solo el Banco Unión, el BISA y el Banco de Crédito, con los que en un principio se contaba para que otorgaran en calidad de préstamo estos 700 millones no son suficientes y que van a negociar con el Banco Mercantil Santa Cruz y el Banco Nacional de Bolivia. Esto supone en la práctica mas burocracia y demora en un proceso que ya de por sí se ha eternizado.
Los farragosos mecanismos de control del Estado han ido dilatando este proceso que ha ido acompañado de errores y falencias de los técnicos de la Gobernación. Finalmente la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) dio el visto bueno para el endeudamiento de esos 700 millones pero esta nueva situación  y cuando todo parecía encauzarse  aparece otra piedra en el camino.
Esta nueva situación arroja varias interrogantes. En primer lugar, Si desde el Ministerio de Economía y desde el Gobierno central se vanaglorian del crecimiento económico del país,  ¿Cómo es posible que los bancos estén atravesando problemas de liquidez? O es que los problemas económicos de Bolivia son más serios de lo que anuncian desde el nivel central.
En segundo lugar, pone al descubierto una vez más la falta de previsión y de planificación de la Gobernación de Tarija. La caída de los precios del barril del crudo se conocieron antes de que el gobernador Adrián Oliva y su equipo entraran al Ejecutivo departamental en junio de 2015.  Han pasado exactamente dos años desde aquello, la reacción para tratar de oxigenar la economía fue tardía debido a la obstinación en sacar adelante un plan de rescate que desde el primer momento era por todos conocido que no iba a llegar a buen puerto.
En medio de todo se encuentran las empresas sin cancelar planillas, trabajadores que no cobran sueldos hace meses y una economía departamental agonizante que no ve, ni siquiera intuye, la luz al final del túnel.
El número panorama de los créditos exige maniobrar con eficiencia, a la máxima celeridad y sin errores para que esa plata que requiere el departamento llegue de una vez por todas y la economía empiece a reflotar.
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